domingo, 15 de enero de 2012

La Operación Cóndor.

El 22 de diciembre de 1992 el juez José Agustín Fernández descubrió casualmente el archivo secreto de la inteligencia represiva paraguaya, en una oficina de la "Sección Política y Afines" de la Policía de Investigaciones de Asunción, mientras investigaba el caso de Martín Almada, un profesor que había sido detenido y torturado en Asunción. Así se descubrieron los que han sido calificados como "archivos del terror", documentos relacionados a casos de detenidos y desaparecidos paraguayos que el gobierno siempre había negado tener bajo su poder. Este archivo de los servicios de seguridad de Paraguay, incluye también numerosos documentos relacionados a la "Operación Cóndor" gestada por Manuel Contreras.

La documentación hallada ha confirmado que en el marco de este "Acuerdo de Cooperación" se cometieron los atentados del líder demócrata cristiano chileno Bernardo Leighton, atacado con su esposa en Roma, los asesinatos del ex ministro chileno Orlando Letelier, del ex presidente de Bolivia, general Juan José Torres, asesinado en Buenos Aires; de los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, también en Buenos Aires; así como del doctor Agustín Goyburú, dirigente del Movimiento Popular Colorado, de Paraguay, y de cientos de activistas políticos chilenos, argentinos, paraguayos, uruguayos y brasileños. 

En los “archivos del terror” se encontró correspondencia de la policía de la región, registros y hojas de entrega de detenidos, fichas, fotografías y pasaportes de activistas de izquierda argentinos, chilenos, paraguayos y brasileños; planes de eliminación de sospechosos, reportes de desplazamientos de subversivos por el cono sur, análisis de las actividades de las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo, así como informes detallados dirigidos al general Alfredo Stroessner sobre asesinatos de sus opositores políticos.
op_condorSe ha demostrado en diversos procesos judiciales, los servicios secretos de Chile y Paraguay tuvieron a su disposición las líneas aéreas estatales, (LAN CHILE, Líneas Aéreas Paraguayas) así como "carta blanca" en las cancillerías, el servicio de correos, los tribunales de justicia, etcétera. Igualmente encubrieron sus actividades con empresas comerciales industriales "fantasmas". En Chile se crearon 30 empresas ficticias al servicio de la DINA y un centro de operaciones formal: La Empresa Pesquera Chile, de San Antonio. La incursión en el mundo empresarial y financiero sentaría las bases para crear mecanismos de protección de los agentes secretos.
Asimismo, se alcanzó tanta eficiencia en la represión a los disidentes políticos en Sudamérica que funcionarios del Departamento de Estado norteamericano reconocieron que "Los servicios de inteligencia del cono sur se han reunido y tienen un programa claro de ayuda mutua. En América Latina el sistema funciona casi a la perfección". Documentos recientemente desclasificados demuestran que oficiales militares y de inteligencia de los Estados Unidos consideraron la Operación Cóndor como una organización 'contraterrorista' legítima. 

Se propone que la base norteamericana del canal de Panamá, que también albergó la Escuela de las Américas del ejército norteamericano, fue el centro de planificación y operaciones contrainsurgentes hemisféricas durante los años '70. Las evidencias iluminan la profundidad de la complicidad de los Estados Unidos en la represión en América Latina, como parte de la Guerra Fría. De este modo, Estados Unidos optó por la conveniencia política y mantuvo sus vínculos con esos regímenes que se proclamaban anticomunistas.
Si quieres conocer enlaces a informes y documentos sobre la Operación Cóndor dirígete a: http://www.derechos.org/nizkor/doc/condor/
http://www.aprodeh.org.pe/ridhualc/ri_pcondor03.htm

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